Casa De La Mujer
¿Quién atiende a las mujeres y niñas, en tiempos del COVID 19?
¿Quién atiende a las mujeres en tiempos del COVID 19?
“Tengo 4 hijos, una adolescente y 3 menores, convivimos con mi marido, en dos cuartos que son insuficientes para los 6, lo peor es que con la cuarentena, estamos todos encerrados, no podemos salir, los víveres se han acabado, mi niña pequeña quiere leche y está tosiendo, me pregunto ¿dónde la llevo? Mi marido aburrido, de mal carácter no solo amenaza, me golpea y me insulta delante de los niños, ellos lloran y por eso, también les golpea” (Testimonio de mujer de 35 años).
“Caminé mucho y cuando llegué a la FELCV, no me quisieron atender, dijeron que estaban ocupados con el coronavirus, llorando les explique, que antes del coronavirus, mi vida corría peligro por la violencia machista de mi pareja” (Testimonio de mujer 29 años).
“Licenciada, por favor atiendan nuestras necesidades ya no sabemos qué hacer para dar de comer a los niños, dicen que la presidenta dará unos canastones ¿cómo hacemos para recibirlos?” (Testimonio de mujer 47 años).
Primer caso, denuncias suaves que ilustran los riesgos de las mujeres atrapadas en el encierro obligado, debido al mortal virus del COVID-19. Situación que nos interpela para no olvidar a las mujeres, niñas y adolescentes quienes experimentan el temor a ser agredidas física y/o sexualmente, por la inseguridad que produce la actual crisis. La cuarentena y la declaración de emergencia sanitaria, han intensificado el riesgo de la violencia machista y patriarcal. Por otro lado, los sistemas de salud se muestran insuficientes, sin condiciones, ni experiencias para enfrentar, en situaciones de crisis, las emergencias y menos al coronavirus.
Segundo caso, la eterna naturalización de la violencia cometida contra los cuerpos de las mujeres, por las instituciones que tienen el mandato legal de prestar toda su atención para brindar auxilio inmediato y protección a las víctimas de la violencia machista. Vemos en los medios a los uniformados descargando su furia contra algunos transeúntes, quienes caminan por las calles, quien sabe con qué motivos o urgencias ¿qué está pasando con la FELCV que no cumple la misión para la cual fue creada?: prevenir la violencia, prestar atención de calidad y según el debido proceso, a las víctimas de la violencia machista.
Tercer caso, la pobreza, el 70 % de la población que vive con economías diarias no concuerda con la medida de restricción de quedarse en casa, ésta, produce estrés y angustia ante la inminente pérdida de ingresos y el no saber cómo alimentar a la familia, tal ha ocurrido en Riberalta, Beni, donde la población salió a las calles -en un cacerolazo- exigiendo la flexibilización de las medidas de permanecer en casa, para continuar generando los ingresos que garantizan la comida a los suyos.
Lo vergonzoso del episodio en Riberalta, es la respuesta de las autoridades quienes en lugar de resguardar los derechos de las personas movilizadas, contestaron con agresividad e incomprensión, arremetieron con fuerza contra una población hambrienta y desesperada, lo peor del caso, es la determinación de la Fiscal de Distrito del Beni, Mirtha Mejía, quien aseguró públicamente, que se emitió mandamiento de aprehensión contra seis moto taxistas “supuestos” responsables de la protesta riberalteña, quienes tienen el estigma de la pobreza y cometieron el delito de ser pobres, de tener familias hambrientas y estar al lado de su clase.
Estas personas sólo demandaban el cumplimiento de los compromisos públicos de la presidenta, quien aseguró velar por la seguridad de las mujeres y las familias; sepa señora presidenta que la seguridad empieza por el cumplimiento del derecho básico a la alimentación, sepa usted que ante los excesos cometidos por sus ministros que rayan en el autoritarismo propio de las dictaduras, estamos vigilantes y nos mantendremos del lado de las y los necesitados.
Los testimonios son parte de una serie de reclamos que diariamente llegan a Casa de la Mujer.
02 de abril del 2020
Quédate en casa, mientras se domestica a la gente
En tus 25 años
La pobreza, las mujeres y el coronavirus.
Laicismo y feminismo, algunas ideas para desafiarnos
ALGUNAS IDEAS PARA DESAFIARNOS
Miriam Suárez Vargas
Marzo 2020
Desde hace muchos años, después de conocer y luchar con otras militancias, me declaré feminista, entendí el feminismo, como esa relación entre el pensamiento político y la acción en contra de los sistemas de dominación y opresión, y, de eso, las mujeres de Santa Cruz y el mundo, tenemos mucho que revelar, después de la invisibilización y negación que las religiones y el Estado colonial impusieron sobre las mujeres.
En este sentido, hablar de un Estado Laico, más allá de la separación de las iglesias del Estado, es para todas las mujeres una condición para la liberación, lo mismo que podríamos decir del Estado Plurinacional, que rompe con la concepción del Estado-nación: monoétnico, unitario y homogéneo, el cual históricamente negó la existencia de lo plural y distinto que habitaba y habita milenariamente estas tierras, me refiero a los pueblos indígenas y naciones originarias.
Tanto el Estado colonial como el Estado nación, forjaron una sociedad negadora de lo que es y lo que contiene, Estados ambos que respondían a un modelo de sociedad jerárquica, elitista y racista, pero también, a una manera de ser y cuya medida era (es) el hombre, y no cualquier hombre, sino, el blanco occidental, poseedor de bienes con estatus de poder y mando, es decir, en una palabra, un patriarca! por eso, el Estado Plurinacional, constituye un quiebre histórico profundo de naturaleza epistémica con esa concepción de Estado.
Declararse feminista es un desafío, declararse laica es mucho más, implica atacar la médula central sobre la cual se sostiene el Estado Patriarcal, si el Estado Plurinacional nos invita a reconocer lo pluriverso, el Estado Laico nos invita a pensar más allá del mito fundacional del pensamiento occidental y nos convoca a desmontarlo, es decir, nos obliga a viajar en el tiempo largo, en la memoria histórica colonial para cuestionar los contenidos bíblicos del génesis que condenan a la mujer a vivir y a parir con dolor, y la sitúan como una extensión de la costilla del hombre. Dicha narrativa legitima la violencia en razón del género e inaugura el paradigma de la dominación, no sólo a las mujeres, sino, a la naturaleza.
Por tanto plantear o defender el Estado Laico equivale a decir, desde el feminismo, que las mujeres nos somos costilla de nadie, rechazamos ese relato que nos condena a vivir bajo el ala del patriarca, pero que también, condena a la naturaleza (hoy diríamos Pachamama) a ser sujeto de la dominación patriarcal.
A la luz de estos planteamientos y precisando el marco de estas dos ideas: laicidad y plurinacionalidad, ratifico que el Estado Laico más allá de la separación entre la iglesia y el Estado, es el desplazamiento de un poder constituido del ámbito estatal, en este caso, del poder eclesial, el cual refuerza, reproduce y recicla el sistema patriarcal, afectando la vida de las personas, condenadas a vivir en un marco de prohibiciones, de manera particular, las mujeres, sometiéndonos a un sistema de dominación y subordinación. Por esta razón, la defensa de un Estado Laico implica la superación de la ideología patriarcal y de los privilegios de las iglesias.
Mientras que el Estado colonial reproductor de las dominaciones heredadas desde los tiempos de la colonia española, tiempo aquel de conquistas y sometimientos instituidos bajo el supuesto de una superioridad occidental y anuladora (negadora) de las civilizaciones pre-existentes a la colonia, convirtiéndolas en salvajes y vaciando toda su humanidad para justificar el proyecto colonizador, un sistema que se apropió del trabajo ajeno, realizó un estricto control del cuerpo femenino y despojó la riqueza social del ámbito comunal expoliando bienes, recursos y cuerpos de esas comunidades pre- existentes a su llegada.
Al controlar los cuerpos de las mujeres, el Estado colonial las convirtió en objetos, pretendiendo anular y silenciar el derecho a ser sujetas de su propia historia, sin embargo, aunque hay pocos textos que narran la participación de las mujeres en las luchas de la resistencia colonial, éstos demuestran que siempre hubo mujeres quienes se opusieron a la dominación, y, más allá de esa relación de poder, se opusieron al universalismo de lo occidental, como único modo de vida en sociedad.
Lo que quiero compartir con ustedes, es ese fatal encuentro entre la iglesia y el Estado colonial, fatal para todos, pero de modo particularísimo para las mujeres quienes fueron presas de la crueldad, la persecución y la tortura que en nombre de Dios y la Santa Biblia, se infligió a sus cuerpos y a sus prácticas, una iglesia que tenía igual o más poder que el mismo Estado.
Quiero sostener que ambos sistemas: Estado e iglesia, se retroalimentaban, se necesitaban para mantener atemorizadas a las personas, disciplinarlas, entre lo que consideraban el bien y el mal, manteniéndolas así bajo formas de dominación a titulo de la fe. Si es cuestión de fe quien puede cuestionar…
Por eso es importante preguntarnos, cuál es la importancia de hablar del Estado Laico y el Estado Plurinacional, cuál es lo central que comparten ambos planteamientos?
Ambos rompen con el paradigma de la dominación patriarcal justificada simbólicamente por la iglesia. Iglesia que condena a las mujeres al dominio del hombre y a la naturaleza, al dominio del proyecto de sociedad moderna colonial occidental, mientras que el Estado Plurinacional rompe con la dominación colonial basado en las diferencias, sometiendo al otro distinto, se apropia de su trabajo, de sus riquezas, de sus cuerpos.
Para nosotras las feministas, el Estado Laico y el Estado Plurinacional son importantes porque contribuyen a ampliar el horizonte político en perspectiva de la emancipación de todos los movimientos de resistencia, de lucha y sobre todo, de las mujeres.
Nos toca a nosotras, mujeres, lesbianas, transexuales, gays, indígenas y otros movimientos interesados en las transformaciones liberadoras, empuñar todos nuestros esfuerzos para convertirnos en fuerzas constituyentes de una sociedad con justicia social, de género y ambiental, razón que nos inspira y motiva nuestros sueños y desvelos. La actual coyuntura nacional y global, caracterizada por una profunda crisis multidimensional, particularmente, climática y civilizatoria debe convocarnos a la articulación y las alianzas en torno a la defensa del Estado Laico y Plurinacional como ideas estructuradoras de un nuevo amanecer.
Nuestras acciones deberán encaminarse a potenciar un nuevo poder que destituya el pensamiento hegemónico occidental, que cuestione y desestructure su proyecto modernizador y sus modelos de desarrollo.
Necesitamos de un Estado Laico como la condición que permite la libertad de conciencia para pensar y creer autónomamente, sin presiones, ni tutelas de ninguna clase, necesitamos del Estado Plurinacional para reconocer a todas, todos y todes los sujetes para desmontar este sistema capitalista moderno colonial que impone un pensamiento único y por tanto, una comprensión y organización del mundo homogenizante. Necesitamos de ambos, Estado Laico y Plurinacional para colocar en perspectiva liberadora la desmasculinización del mundo y la emancipación de todes les silenciados, incluidos la madre tierra que nos permite la vida.
Finalmente, el laicismo y el feminismo se potencian mutuamente y la exigencia de igualdad para todas las personas y los pueblos es una aspiración emancipadora que ya no puede tardar más.
#CasaDeLaMujer
Cuarentena y mujeres
Casa de la Mujer:
Santa Cruz, marzo del 2020
La cuarentena y las mujeres
El caos generado por la presencia del COVID-19 y las contradictorias medidas dictadas por los distintos niveles del gobierno, evidencian, una vez más, la brecha profunda que hay entre los gobernantes y la población femenina. La “cuarentena” se instruye en total desconocimiento de la realidad de las mujeres, quienes con su trabajo diario, de vendedoras o trabajadoras eventuales, garantizan la vida en sus familias.
Si los 21 días de terror declarado por los comiteístas, en nombre de la santa biblia y el mismito Dios, dejó a las adolescentes, jóvenes y mujeres en la total indefensión. La cuarentena replica el abandono, las mujeres encerradas en sus casas, corren mayores riesgos de ser presa de la furia machista que utilizará todos los mecanismos de dominio, sometimiento y control de sus cuerpos para castigar cualquier intención de pensar o actuar autónomamente.
La violencia es también institucional cuando las mujeres no tienen dónde acudir en busca de auxilio inmediato y protección, la presidenta Añez y la presidenta del Concejo Municipal, siendo mujeres, aún no han dicho cómo se evitará la violencia en razón del género, cuáles son las medidas que se adoptaran en resguardo y protección de las mujeres y sus hijas/os, quienes viven en situación de violencia, no instruyeron a la FELCV y las instituciones públicas de atención a las mujeres, se mantengan abiertas al servicio de quien las necesite.
Ser mujer no garantiza pensar y actuar a favor de las mujeres, la invisibilización y negación de los derechos de las mujeres gremialistas y/o cuentapropistas que hacen estas dos señoras, en función pública, refuerza la creencia de que las mujeres pobres no tiene derechos.
Por una cuarentena sin violencias, denuncie a la institución que cerró sus puertas, negando su ayuda a quien la necesite.
Mi experiencia de voluntariado en casa de la mujer
Experiencia de la pasante Hammou Mériam, psicóloga social e intercultural belga, en la Casa de la Mujer:
Observaciones al funcionamiento de la Casa de la Mujer:
El objetivo de la Casa le Mujer es garantizar una vida libre y sin violencia a todas las víctimas de la violencia de género (mujeres, niños y niñas y la comunidad LGBTQI+), pero también acompañarlas y asistirlas en sus procesos de denuncia y garantizarles un seguimiento social, psicológico y jurídico. Por lo tanto, la asociación está compuesta por actores/as multidisciplinarios/as, a saber: dos abogadas, dos psicólogas, una trabajadora social,una administradora, una contadora y dos comunicadores y la directora Miriam Suárez que tiene una formación en comunicación.
La gestión de la Casa de la Mujer se realiza a través de la participación organizada de todos estos miembros. Las víctimas son acogidas en primer lugar por la trabajadora social que hace un balance de la situación con ellas. Su función es elaborar un perfil de la víctima, los motivos de su llegada y recopilar información social, económica y cultural que pueda ayudar a comprender los problemas con los cuales se enfrenta la víctima. La trabajadora social concertará entonces, una cita con uno, de las psicólogas. Aparte que la mayoría de las víctimas de la violencia han experimentado un evento traumático, el papel de la psicóloga es proporcionar un ambiente tranquilizador y escuchar atentamente sus testimonios. La primera sesión se centra generalmente en la preparación del proceso de denuncia y en alentar a la víctima a denunciar la violencia. Si la víctima acepta presentar una denuncia contra su agresor, esta sesión psicológica, es seguida directamente por una cita con una de las abogadas. El papel de la abogada será reunir el testimonio y todas las pruebas necesarias para iniciar una denuncia judicial.
Además, la Casa de la Mujer tiene un refugio que es administrado por un miembro del personal, Marvin, quien es responsable del refugio, la cocina y el mantenimiento de los locales. Este lugar consiste en un dormitorio con aproximadamente 10 camas, un baño y una cocina compartida, para asegurar que las mujeres y los niños que son víctimas de la violencia doméstica o que están en riesgo de violencia en sus hogares, puedan permanecer allí durante algún tiempo antes de que se encuentre una solución a largo plazo.
La Casa de la Mujer se ocupa de una amplia gama de cuestiones relacionadas con la violencia de género. En efecto, los problemas de violencia de género no se limitan a la violencia doméstica más común, sino que también se refieren a la trata de niños y mujeres (tráfico sexual, económico, de órganos, etc.), la violencia contra la orientación sexual o la identidad de género, los delitos contra el género (violencia física hasta el asesinato), la prostitución, el aborto y toda otra violencia enumerada en la Ley 348, de Bolivia. Esta ley incluye 16 tipos de violencia de género. Por ello, la Casa de la Mujer organiza su actividad en torno a 3 proyectos principales, cada uno de estos liderado por una de las integrantes de la asociación, con el fin de dividir el trabajo de forma eficiente. De esta manera, cada proyecto puede ser trabajado por separado y de manera especializada para satisfacer las necesidades de todos los problemas encontrados alrededor de algún tipo de violencia. Por lo tanto, se organizan de la siguiente manera:
- La lucha por la igualdad de género para las mujeres y las comunidades LGTBQI+ se centra en el acompañamiento psicológico de las víctimas de la violencia de género, el apoyo en sus procesos de denuncia y la sensibilización familiar contra la discriminación de género. Este componente está bajo la responsabilidad de Fabiola Rojas, psicóloga social y también mi supervisora de capacitación.
- Lucha contra la trata de niños y mujeres que se refiere principalmente a cuestiones de prostitución y tráfico comercial, hechos en les cuales los niños y las mujeres son víctimas. Este proyecto está presidido por Verónica Soliz, psicóloga comunitaria y psicoanalista.
- Lucha por los Derechos Reproductivos y Sexuales que se centra en los temas de abortos, asesinatos conyugales, violaciones, todo tipo de crímenes contra el género y los derechos reproductivos. Este proyecto está bajo la dirección de Ana Paula García, abogada.
De este modo, además de desempeñar sus funciones profesionales como psicólogos o abogados, cada directora de proyecto es también responsable de coordinar las actividades de sensibilización, comunicación, apoyo a las víctimas y eventos (conferencias, reuniones, debates, marchas, etc.) relacionados con su proyecto. Las actividades de sensibilización, comunicación y prevención también están centralizadas a través de la radio ‘Alternativa’ perteneciente a la Casa de la Mujer. La asociación posee un estudio de radio que transmite en la región de Santa Cruz en Bolivia. Cada responsable de proyecto puede hacer intervenciones solo, con otros miembros de la Casa de la Mujer o también con los huéspedes (otras asociaciones, víctimas, voluntarios, ...). El resto del tiempo la radio Alternativa está gestionada por el único miembro masculino de la Casa de la Mujer, Osvaldo Hurtado, comunicador, emite música feminista comprometida, eslóganes de sensibilización, anuncios contra el sexismo, ...
A través de la descripción de mi lugar de prácticas, también puedo testimoniar la dificultad de gestionar un gran número de asuntos, en una asociación que no es tan grande y no tiene muchos miembros oficiales. La mayoría de las integrantes de la Casa de la Mujer trabajan más de 40 horas a la semana; las demandas de las mujeres son muy numerosas. La asociación no tiene los medios para emplear a nuevos miembros y depende en parte, de voluntarios para cumplir con su trabajo.
Actividad psicológica:
Realicé entrevistas terapéuticas con las víctimas, acompañadas por Fabiola o Verónica. Se tratò de entrevistas individuales, centradas en el proceso de salida del círculo de la violencia. En un gran número de casos, la violencia sufrida se repite a lo largo del tiempo. Las mujeres que vienen a Casa de la Mujer han experimentado una violencia prolongada y su decisión de buscar ayuda está a menudo, ligada a un acontecimiento violento muy pronunciado que les permitió salir del círculo de la violencia por un tiempo y acumular la fuerza para buscar ayuda. Este logro no es suficiente para salir de un círculo vicioso que duró varios meses, años para algunas. Por ello, el trabajo terapéutico es necesario para permitir a las mujeres reconstruirse y salir del control de sus agresores. Este es el patrón típico de lo que la mayoría de estas mujeres experimentan:
Además, a petición de Verónica Soliz, me tuve la oportunidad de elaborar una guía para la realización de sesiones terapéuticas y de recopilar materiales para ser utilizados en las sesiones psicoterapéuticas con mujeres víctimas de violencia. Durante mi investigación, las terapias de grupo emergieron como las terapias más efectivas en el caso de la violencia de género. Sin embargo, la petición de Verónica Soliz se centró en una guía de terapia individual.
Le pregunté a Verónica ¿por qué la Casa de la Mujer no hace terapia de grupo? La respuesta se refería al presupuesto y a la dificultad de establecer terapias de grupo cuando las actividades de atención primaria como el proceso de denuncia, el acompañamiento de la víctima en su denuncia y la seguridad de la víctima ya ocupan una gran parte de la agenda. Si se introducen terapias de grupo, entonces, las actividades de prevención, que también juegan un papel importante en la Casa de la Mujer, tendrían que ser abandonadas. Situación que bien podría resolverse con mas personal, por consiguiente, con un mejor presupuesto.
No obstante, la Casa de la Mujer organiza cursos de capacitación para Promotoras Comunitarias, son mujeres víctimas de la violencia de género. Este título simbólico en América Latina, se refiere a la capacidad de ayudar a otras mujeres en situaciones de violencia, mediante el aprendizaje de los procesos legales y sociales que permiten llevar a cabo el proceso de denuncia. Fabiola, en colaboración con voluntarios, ha puesto en marcha un curso de formación accesible a todas las mujeres que lo deseen, con el fin de adquirir el título de Promotora Comunitaria y así poder orientar y ayudar a otras mujeres en situación de violencia. También tuve la oportunidad de participar en los procesos de capacitación con ellas, e incluso de realizar parte de la capacitación después. Estas capacitaciones se realizan en grupos y se organizan de acuerdo a las regiones donde viven las mujeres víctimas de la violencia. Como resultado, el grupo es estable y el aprendizaje se realiza a través de actividades de grupo. Parte de las actividades también se dedican a la prevención y sensibilización de la violencia de género. Por lo tanto, las mujeres tienen la oportunidad de compartir sus propias historias con el grupo o en público, si las condiciones, así lo consienten.
Por lo tanto, estos cursos de capacitación para promotores comunitarios tienen un doble efecto positivo. Por un lado, pueden tener los efectos beneficiosos que se encuentran en las terapias de grupo a través del intercambio mutuo de sus experiencias de convivencia. Por otro lado, también permiten la valorización de la autoestima y el empoderamiento a través de la acción positiva para combatir la violencia y el aprendizaje de herramientas para ayudar a otras mujeres. Gray y Wegner (2009) definieron en su teoría sobre la Tipificación Moral, las identidades de los pacientes negativos y de los agentes positivos, los primeros son receptores del mal, víctimas y los segundos son donantes del bien. Asimismo, a través de la formación de promotores comunitarios, las mujeres tienen la oportunidad de redefinirse. Pasan de ser víctimas, receptoras de violencia y receptoras pasivas, a ser agentes positivas ayudando a otras mujeres a salir del círculo de la violencia a través de su aprendizaje. El estado de víctima les devuelve una sensación de pérdida de control, poder y vulnerabilidad. Sin embargo, a través de su redefinición como agentes positivos, pueden evitar la negatividad asociada a la identidad de víctima y revalorizarse, recuperando la autonomía y el poder.
Sin embargo, aunque la capacitación de Promotoras Comunitarias puede tener los efectos beneficiosos de la terapia de grupo, es un servicio que se ofrece a las mujeres que lo solicitan y la mayoría, son mujeres que han salido con éxito del círculo de la violencia. Por lo tanto, sería realmente interesante hacer terapias de grupo, disponibles para todas las mujeres que vienen a la Casa de la Mujer por asuntos de violencia de género.
Entonces, es necesario obtener un financiamiento más importante que permita a las trabajadoras de la Casa de la Mujer, poner en marcha nuevas actividades esenciales para el desarrollo de las mujeres víctimas de violencias. Y, por otro lado, dar a esta asociación la oportunidad de contratar a otras mujeres trabajadoras para responder a las importantes y consecuentes demandas que recibe la Casa de la Mujer.
Experiencia personal:
Mi experiencia en Casa de la Mujer me ha permitido trabajar con mujeres que dedican sus vidas a la lucha contra la violencia de género. He podido ver, a través de sus trabajos de todo el equipo, que no sólo están llevando a cabo sus deberes profesionales, sino que están llevando a cabo, el trabajo de una vida entera, un trabajo que realmente les importa.
Además de sus grandes implicaciones con las beneficiarias de sus labores, los resultados de este trabajo son realmente consecuentes, en las vidas de las mujeres quienes vienen a la Casa de la Mujer. Tuve la oportunidad de hablar con las mujeres de la Guardia durante su formacion de Promotoras Comunitarias. Estas mujeres expresan el deseo de crear una Casa de la Mujer en su pueblo. En mi opinión, esto es una prueba que la Casa de la Mujer no sólo les ha permitido mejorar sus condiciones y salir de la violencia que han sufrido, sino sobre todo, les ha dado el deseo de hacer el mismo trabajo con otras mujeres víctimas de la violencia de género.
Creo que soy muy afortunada de haber tenido la oportunidad de trabajar en esta asociación y con un equipo a través del cual pude ver una voluntad sincera de ayudar a las mujeres y a las personas que son víctimas de la violencia de género, pero también una voluntad de cambiar las condiciones políticas, sociales y económicas de todas las personas en riesgo de vivir la violencia de género en Bolivia.
La diversidad de las acciones llevadas a cabo en esta asociación refleja la riqueza de las ambiciones de la Casa de la Mujer. Es un lugar donde el trabajo está bien organizado, entre la asistencia a las víctimas, la prevención, la sensibilización y la organización de actividades para su público objetivo. Es una asociación que logra ser completa en su trabajo, a pesar de todas las dificultades financieras. Sobre todo, es un lugar donde he aprendido mucho. Recomiendo a cualquier persona que quiera tener experiencia en la lucha por la igualdad de género que venga a trabajar por un tiempo como voluntario en la Casa de la Mujer. Sin embargo, es importante tener en cuenta que es un trabajo que requiere compromiso y rigor, dada la cantidad de trabajo que se requiere para dirigir la asociación.
El acompañamiento emocional: clave en la vida de quienes denuncian un acto de violencia
El acompañamiento emocional: clave en la vida de quienes denuncian un acto de violencia.
Como psicóloga presto servicios en Casa de la Mujer. Hace unos días, llegó a nuestras oficinas una mujer joven quien fue víctima de violación sexual; según mis pocos conocimientos en derecho, después de escuchar y observar las marcas en el cuerpo de la chica, la tipificación del delito, no es correcta, además de la violación, también hubo intento de feminicidio, el agresor intentó ahorcarla, la golpeo con tal furia que ella asegura que el propósito era quitarle la vida.
Queda en mi mente la desesperación en sus palabras, las lágrimas incontenibles, sus manos temblorosas, su mirada, la cual solo pedía ayuda y una vocecita que se apagaba, entre los sollozos. Su cuerpo expresaba el miedo, sentada en la silla se acurrucaba, escondiendo la cabeza, convertida en una beba o un gatito que busca a su madre.
En la Casa de la Mujer, he conocido casos inimaginables, inenarrables porque expresan la crueldad de los agresores, el poder de los agresores manifestado en violencia. De tanto en tanto, el relato repite: “Yo te voy a enseñar a respetar” “si tu padre no te educo yo te voy a educar” … el agresor, considerándose el mismo, el juez, dueño de la verdad, capaz de enseñar a una mujer “perdida” a encontrar el camino, cada vez que vociferaba, flagelaba el cuerpo de la chica, joven o mujer. ¿Hasta cuándo aguantaremos este sistema que premia a los agresores y condena a las víctimas?
Sé que tan solo la idea de una violación sexual, nos eriza la piel, nos causa dolor, nadie se puede imaginar el dolor inmenso, la vergüenza, el asco, la humillación que una mujer siente cuando “alguien desconocido o no deseado “se atreve a mancillar su cuerpo, se atreve a tocar su alma.
Por todas estas razones, considero que el acompañamiento emocional, durante todo el proceso, es importante, la víctima quiere sentir la mano amiga, la voz alentadora, las palabras precisas para animar su voluntad de amor propio, ir paso a paso, reconstruyendo la confianza en sí misma y en los demás, es imprescindible continuar firme, fortalecida para que “ella no abandone el proceso”. La víctima quiere escuchar “nosotras si te creemos, confiamos en tu palabra”. Si todos los profesionales en salud mental, haríamos un acompañamiento cercano a las víctimas de violaciones sexuales, ellas jamás retrocederían, no abandonarían sus procesos.
La escucha activa, la retroalimentación, la contención son cruciales para ayudar a la obtención de justicia.
El proceso es más tortuoso de lo que pensamos, se deben seguir todas las diligencias, el ministerio público debe actuar como defensor de la ciudadanía y agilizar la aprehensión del violador para garantizar los derechos de las víctimas.
Esta mañana, otra vez, hablé con ella, me pidió que no la dejemos sola, le respondí que esto recién empieza y que la apoyaremos en todo lo que podamos.
El caso es uno más de tantos, no permitamos que el corazón y la vida de muchas jóvenes y mujeres se marchiten por causas de la violencia patriarcal y machista. Cerremos el año con el compromiso de seguir vigilantes para denunciar, atender y acompañar a nuestras compañeras desde un enfoque feminista.
Psicóloga en Casa de la MUJER
Rumbo a los 30 años
Rumbo a los 30 años.
La Casa de la Mujer va rumbo a cumplir los 30 años, tres décadas de aprendizajes, de encuentros y desencuentros, y aún estamos muy lejos de alcanzar la igualdad plena entre diferentes y no solo nos referimos a la igualdad de género, hablamos de una igualdad inclusiva que respete la emergencia de sujetas y sujetos diversos quienes vitalizan las luchas feministas por la liberación y autonomía de los cuerpos, para plantear el derecho a decidir como un derecho humano vinculado a las capacidades de la persona para comprender su historia, de-construirla y plantear una alternativa transformadora.
Durante el tiempo transcurrido, son más preguntas que respuestas las que nos vienen a la cabeza, sobre el accionar de las mujeres como un movimiento político que viene de las intimidades de las relaciones desiguales, a las calles, mujeres que se organizan, planifican y formulan propuestas que embanderan nuestras causas y luchas; a veces con éxito, otras, con resultados tan pobres capaz de desmotivar a cualquier persona, pero siempre supimos que transformar las relaciones de dominio y poder, no será una lucha a solas, tampoco fácil.
Lograr políticamente la unidad es haber logrado capacidades para construir alianzas estratégicas, es reconocer y respetar la existencia de otros movimientos sociales con los cuales podemos identificar los puntos comunes que nos llevan a recorrer los mismos senderos, se trata de ir sentando las bases para una movilización transformadora masiva, lo ocurrido el 8 de marzo, es una muestra del potencial que espera ser llamado a la acción.
Con todo, en los 29 años podemos hablar de algunos resultados: la atención legal y psicológica que se brinda a las mujeres, niñas, adolescentes y a todes quienes viven en situación de violencia. La capacitación y sensibilización que se hace en los municipios de Vallegrande, San Javier, Buena Vista, Guarayos, La Guardia, Terebinto y otras localidades. La capacitación que se hace a los adolescentes y jóvenes en las escuelas y colegios para prevenir la violencia sexual, la trata y tráfico de personas con fines de explotación sexual comercial y otros temas relacionados con su entorno, orientados al cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible. La utilización de la radio Alternativa 103.0 FM, como el medio masificador de nuestros mensajes de prevención que contribuyen a la erradicación de la violencia.
El año 2018, atendimos y acompañamos 1470 denuncias de algún tipo de violencia; en el refugio se hospedaron 215 mujeres, en los municipios de Buena Vista, junto a personeros del municipio y las organizaciones sociales se aprobó una normativa municipal de prevención de la violencia: “Buena Vista municipio libre de violencias” instrumento legal que ya tiene su presupuesto. Las mujeres quienes superaron la violencia se capacitaron, y hoy son Promotoras Comunitarias, activistas, defensoras de los derechos humanos quienes saben detectar las formas sutiles de naturalizar la violencia con la intencionalidad de inhibir las capacidades de movilización de las mujeres.
Somos integrantes de varias redes, la Plataforma de Lucha contra la Violencia hacia las mujeres, la Campaña 28 de septiembre, la Articulación feminista, la Plataforma de Justicia Fiscal, la Plataforma sobre el cuidado, La red nacional UNITAS, la Coordinadora de la Mujer, CLADEM, Pacto Nacional por la Despenalización del Aborto, REMTE y otras que se nos quedaron en el tintero.
Rumbo a los 30 años, celebremos juntas, juntos y juntes este caminar con pausas, pero con un mismo horizonte político: alcanzar la igualdad plena para todas las personas, sin discriminaciones de ninguna clase.
Desde nuestra ventana- 8 de Marzo
Desde nuestra ventana
Hoy es 8 de marzo, 2019, y desde nuestra ventana miramos hacia las calles y lo primero que vemos son las mujeres quienes trabajan sin horario, en el mercadito que justo queda frente a nuestras oficinas. La fecha reivindica derechos laborales demandados históricamente y a pesar del correr del tiempo, en algunos lugares el tiempo no pasó, ellas siguen trabajando en las peores condiciones, con salarios de hambre cuando los tienen y cuando no, en condiciones de auto-explotación y jornadas extenuantes, solo así logran mantener el pan de cada día, sobre las mesas de sus casas.
La lucha por la igualdad entre las mujeres y los hombres tiene una larga trayectoria, en la cual las mujeres fueron y somos protagonistas de los movimientos de reivindicación de los derechos laborales, políticos, sociales y culturales, aunque no podemos negar avances necesarios e importantes en los marcos normativos de nuestros países, aún falta mucho por caminar y transformar. Las mujeres seguimos viviendo situaciones de discriminación y exclusión que se manifiestan de distintas maneras, desde lo laboral, en la participación política, pasando por la violencia patriarcal y el NO ejercicio de nuestros derechos sexuales y nuestros derechos reproductivos.
La lucha de las mujeres, nuestra lucha, es política, pretende el poder para transformar las relaciones desiguales que producen las injusticias y los sistemas de opresión; por estas razones nuestro homenaje a las luchadoras y precursoras que inspiran los movimientos que hoy nos cobijan.
En este 8 de marzo nos unimos a las agendas globales que recogen todas nuestras reivindicaciones dirigidas a construir una igualdad que respeta la diversidad y respeta las múltiples identidades que fortalecen los movimientos feministas, sus causas y sus luchas. Mujeres seguimos en marcha y siempre hacia adelante
¡Por el cumplimiento de nuestra agenda!
Por nuestras luchas
Por nuestros derechos conquistados
Hoy marchamos