Historia

Historia de la Casa

La Casa de la Mujer es una asociación feminista sin fines de lucro que desde ese enfoque feminista, analiza los sistemas de dominación, en particular el sistema patriarcal que se expresa en el control y la manipulación de los cuerpos de las mujeres con el fin de lograr su total sumisión, procurando beneficios y placer para los hombres. Ejecuta sus actividades en el campo de la promoción y defensa de los derechos humanos en general y más concretamente, en los derechos de las mujeres, trabaja en la prevención de la violencia machista, atiende y orienta jurídica y psicológicamente a las mujeres sobrevivientes de la violencia, representa y litiga ante los estrados judiciales a quienes deciden romper el círculo de la violencia a través de la vía penal, participa y propicia movilizaciones en defensa del derecho de las mujeres a vivir sin violencias y a decidir cuándo abortar.

Surge como grupo organizado en tiempos de transición política (1990) Bolivia salía de una etapa dictatorial con consecuencias funestas para la población, la gente vivió momentos duros durante los distintos gobiernos militares, autoritarios, jerárquicos, antidemocráticos y patriarcales, tiempos de cárceles, torturas, exilio, clandestinidad, persecuciones y toda clase de arbitrariedades  que atentaban contra la dignidad y los derechos humanos; al ser los hombres los principales perseguidos, las mujeres tomaron las iniciativas de conducción de la resistencia a los regímenes antidemocráticos, siendo ellas las sujetas políticas del cambio.

Considerando a la democracia como el mejor sistema de gobierno, algunas mujeres lideresas se lanzaron a su reconquista, organizaron movimientos de protesta y exigibilidad de fin de la dictadura, sin duda la acción más contundente, fue la huelga de hambre protagonizada por las mujeres mineras que junto a sus pequeños hijos decidieron poner un cerco al dictador Hugo Banzer Suárez, quien de la noche a la mañana se vio obligado a renunciar y hacerse a un lado para dar paso al clamor ciudadano, popular que exigía su renuncia, amnistía para todos los perseguidos, exiliados, encarcelados y el retorno de los militares a los cuarteles.

Recordar el nacimiento de la Casa de la Mujer es también recorrer los senderos de las reivindicaciones de los derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC). Las mujeres en los distintos barrios y distritos se organizaron para exigir el cumplimiento de derechos sociales y económicos, se crearon Comités de Vecinas, Amas de Casa, Escolares, de Salud y de los Servicios Básicos, así surgieron organizaciones como: “Mujeres en Marcha” “Mujeres del KM 12, Nueva Esperanza” “ Madres del Barrio 12 de Abril” y tantas otras que juntas tomaron la iniciativa de crear un solo centro desde donde se irradien las ideas de movilización y transformación de las desigualdades que discriminan a las mujeres. La Casa de la Mujer.

Para las mujeres quienes venían con una trayectoria de militancia política en la izquierda boliviana, la década de los 90 fue un periodo de reconocimiento de sus derechos, descubrieron la discriminación machista (el patriarcado)  la manipulación emocional y de sus cuerpos, empezaron a cuestionar las “verdades absolutas” de una revolución que suponía ser incluidora a pesar de no considerar a las mujeres como actoras de todos los cambios sociales y políticos. La violencia cometida contra las mujeres saltó al debate político, lo mismo que los derechos sexuales y derechos reproductivos.
En América Latina y en otras regiones del mundo, desde el feminismo, las mujeres se juntaron analizaron el estado de situación y propusieron acciones inmediatas para ampliar las fronteras emancipatorias de la revolución nacional y regional; planteamiento utópico que movilizó a la juventud latinoamericana, donde las mujeres también participaron con sus agendas propias, el debate constituyó un salto cualitativo y una agenda pública feminista.

Las mujeres empezaron a denunciar la violencia ejercida por sujetos de la derecha y de la izquierda, los hombres sin importar la ideología, igual justifican el orden social que se estructura a partir de la división sexual del trabajo y los roles tradicionales asignados a las mujeres. De todos los confines y países se empezó una interpelación al uso y abuso que hacen los hombres de los espacios públicos; en Bolivia se dio origen a una serie de redes y articulaciones que construyeron  nuevas propuestas de movilización y transformación social y política, en la cual ellas tienen mucho que aportar.

Aunque la Casa de la Mujer no participa, ni pertenece a ningún partido político está compuesta por un grupo de feministas profundamente político, cuestionador de los sistemas de dominación y subordinación, así como reconoce al patriarcado como sistema de dominación de los hombres sobre las mujeres, señala también al capitalismo como sistema de dominación-opresión de las y los trabajadores a través de la producción, la explotación (mano de obra barata) la plusvalía y el salario injusto, por lo tanto, la Casa sostiene que su lucha de reivindicación es integradora y liberadora a otros sujetos también oprimidos, aunque su prioridad es la emancipación de las mujeres de todas las trabas sociales y culturales que niegan sus capacidades de asumir decisiones libres, responsables y denigran sus derechos.

Todos los sistemas de dominación y opresión se dan la mano para mantenerse como modelos de organización social y político, donde los ganadores siempre serán los hombres, ellos disponen del poder de mando, definen políticas, tienen más tiempo libre, socialmente son más reconocidos, gozan de privilegios y las mujeres cuidan su casa, lavan su ropa, hacen sus comidas, crían a sus hijos e inspiradas en el “amor romántico” se entregan sin condiciones hasta que la violencia machista los separa. El capitalismo y el neoliberalismo se benefician ampliamente del trabajo de las mujeres y poco harán para lograr una igualdad jurídica entre ellas y ellos.

El Plan Estratégico Institucional de la Casa de la Mujer contribuirá a definir objetivos y decidir qué líneas de trabajo conducirán al equipo al logro de sus fines. El Plan Estratégico ayudará a cada integrante de la Casa saber hacia dónde se quiere ir y para qué, será la herramienta que aporte orden e indique el camino que los equipos deben tomar para asegurar resultados de sus planteamientos, desafíos y retos.