El acompañamiento emocional: clave en la vida de quienes denuncian un acto de violencia

El acompañamiento emocional: clave en la vida de quienes denuncian un acto de violencia.

Como psicóloga presto servicios en Casa de la Mujer. Hace unos días, llegó a nuestras oficinas una mujer joven quien fue víctima de violación sexual; según mis pocos conocimientos en derecho, después de escuchar y observar las marcas en el cuerpo de la chica, la tipificación del delito, no es correcta, además de la violación, también hubo intento de feminicidio, el agresor intentó ahorcarla, la golpeo con tal furia que ella asegura que el propósito era quitarle la vida.

Queda en mi mente la desesperación en sus palabras, las lágrimas incontenibles, sus manos temblorosas, su mirada, la cual solo pedía ayuda y una vocecita que se apagaba, entre los sollozos. Su cuerpo expresaba el miedo, sentada en la silla se acurrucaba, escondiendo la cabeza, convertida en una beba o un gatito que busca a su madre.

En la Casa de la Mujer, he conocido casos inimaginables, inenarrables porque expresan la crueldad de los agresores, el poder de los agresores manifestado en violencia. De tanto en tanto, el relato repite: “Yo te voy a enseñar a respetar” “si tu padre no te educo yo te voy a educar” … el agresor, considerándose el mismo, el juez, dueño de la verdad, capaz de enseñar a una mujer “perdida” a encontrar el camino, cada vez que vociferaba, flagelaba el cuerpo de la chica, joven o mujer. ¿Hasta cuándo aguantaremos este sistema que premia a los agresores y condena a las víctimas?

Sé que tan solo la idea de una violación sexual, nos eriza la piel, nos causa dolor, nadie se puede imaginar el dolor inmenso, la vergüenza, el asco, la humillación que una mujer siente cuando “alguien desconocido o no deseado “se atreve a mancillar su cuerpo, se atreve a tocar su alma.  

Por todas estas razones, considero que el acompañamiento emocional, durante todo el proceso, es importante, la víctima quiere sentir la mano amiga, la voz alentadora, las palabras precisas para animar su voluntad de amor propio, ir paso a paso, reconstruyendo la confianza en sí misma y en los demás, es imprescindible continuar firme, fortalecida para que “ella no abandone el proceso”. La víctima quiere escuchar “nosotras si te creemos, confiamos en tu palabra”. Si todos los profesionales en salud mental, haríamos un acompañamiento cercano a las víctimas de violaciones sexuales, ellas jamás retrocederían, no abandonarían sus procesos.

La escucha activa, la retroalimentación, la contención son cruciales para ayudar a la obtención de justicia.

El proceso es más tortuoso de lo que pensamos, se deben seguir todas las diligencias, el ministerio público debe actuar como defensor de la ciudadanía y agilizar la aprehensión del violador para garantizar los derechos de las víctimas.

Esta mañana, otra vez, hablé con ella, me pidió que no la dejemos sola, le respondí que esto recién empieza y que la apoyaremos en todo lo que podamos.

El caso es uno más de tantos, no permitamos que el corazón y la vida de muchas jóvenes y mujeres se marchiten por causas de la violencia patriarcal y machista. Cerremos el año con el compromiso de seguir vigilantes para denunciar, atender y acompañar a nuestras compañeras desde un enfoque feminista.

Psicóloga en Casa de la MUJER