28 años y un poquito más

Transcurrieron diez mil doscientos con veinte días, 28 años de un largo caminar de aciertos y desaciertos, aprendiendo las unas de las otras, haciendo esfuerzos para demandar nuestros derechos, lo que equivale a impulsos colectivos de desmontaje del patriarcado como sistema de opresión de las mujeres, de las adolescentes y las niñas de Santa Cruz.

 

Por: Miriam Suárez Vargas

La Casa de la Mujer nació un 1 de mayo de 1990, quienes participamos en ese momento jamás olvidaremos las multitudes de mujeres quienes tomamos la Marcha del 1 de Mayo “Día de las Trabajadoras y los Trabajadores del Mundo” para anunciar la apertura de una Casa de la Mujer   articulada  a otros   movimientos sociales los cuales también demandan la libertad para transformar las injusticias en estados de bienestar con igualdad de oportunidades. En medio de burlas y opiniones mal agüeras cargadas de misoginia, nos declaramos feministas.

Eso de andar conociendo experiencias diversas afinó nuestros oídos para escuchar y sentir el dolor de las mujeres quienes vivían y siguen viviendo el horror de la violencia machista. Nos descubrimos diversas, con vivencias personales distintas, pero con un común denominador en nuestras vidas: la violencia machista y de género que se alzaba ante nuestros ojos, como una barrera  que nos impedía ver el horizonte y sus colores. Aprendimos la sororidad y encontramos las palabras orientadoras que nos ayudaron a transmitir  decisiones y acuerdos para  visibilizar y denunciar la violencia que se comete contra nuestros cuerpos. Aprendimos que la decisión de acabar con la violencia está en nuestras manos.

La Casa de la Mujer desde su creación ha luchado abiertamente contra los sistemas de opresión y  discriminación y seguiremos haciéndolo, mientras haya mujeres demandando su derecho de acceder a la justicia, como el cumplimiento de cualquier otro derecho, seguiremos hasta donde lleguen nuestras fuerzas y después serán otras mujeres quienes tomen la posta y continúen la conquista de la  emancipación  femenina.

Cuando pensamos en el tiempo transcurrido solo vemos mujeres valientes quienes cruzaron la frontera de lo privado a lo público para descubrirse ciudadanas con derecho a todo, sin discriminaciones de ninguna clase, herederas de grandes pioneras de las luchas por la justicia social; abrazamos el feminismo como pensamiento y práctica desmitificadora del machismo y la hegemonía del poder por los hombres.

En el tiempo transcurrido, en nuestras oficinas recibimos a más de cien mil mujeres, quienes con su confianza legitimaron y legitiman el compromiso de seguir adelante a pesar de los obstáculos financieros y de otras índoles que experimentamos.

Felicidades compañeras, nos daremos  un abrazo tan grande donde quepan todas nuestras amigas y compañeras de caminos. Gracias.